Muchos casos de cáncer de tiroides se pueden detectar tempranamente. De hecho, la mayoría de los cánceres de tiroides se detecta actualmente mucho más temprano que en el pasado y se trata con éxito.
- La mayoría de los cánceres de tiroides en etapa inicial se detecta cuando los pacientes acuden a sus médicos porque han notado nódulos o protuberancias en sus cuellos. Si usted presenta síntomas, tales como una masa en el cuello o hinchazón en su cuello, debe consultar con su médico de inmediato.
- Los profesionales de la salud detectan los otros cánceres de tiroides durante un examen de rutina.
- Algunas veces, los cánceres de tiroides también se detectan en sus comienzos cuando la persona se somete a estudios por imágenes, como ecografía (ultrasonido) o tomografía computarizada (CT scans) debido a otros problemas de salud.
Los análisis de sangre o la ecografía de la tiroides a menudo pueden encontrar cambios en la tiroides, pero estas pruebas no son recomendadas como pruebas de detección para el cáncer de tiroides a menos que una persona tenga un mayor riesgo, como antecedente familiar de cáncer de tiroides. Para las personas en riesgo promedio, no hay ninguna prueba de detección recomendada para encontrar temprano el cáncer de tiroides.
Las personas con antecedentes familiares de cáncer de tiroides medular (MTC), con o sin neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN 2), podrían estar en alto riesgo de padecer este cáncer. La mayoría de los médicos recomienda pruebas genéticas para estas personas cuando son jóvenes para ver si tienen los cambios genéticos asociados con el MTC. Para las personas que podrían estar en riesgo, pero que no se hacen las pruebas genéticas, las pruebas de sangre y las ecografías de la tiroides pueden ayudar a encontrar el MTC en una etapa temprana, cuando aún puede ser curable.